La Administración de Estados Unidos se ha planteado el objetivo de deportar a un millón de inmigrantes ilegales en el primer año de Presidencia de Donald Trump, informa The Washington Post, que cita fuentes gubernamentales.
De concretarse, la cifra superaría por un amplio margen al mayor número de deportaciones en un año jamás registrada en el país norteamericano, que fue de más de 400.000 durante el mandato de Barack Obama.
El asesor de la Casa Blanca de Seguridad Interna, Stephen Miller, ha estado deliberando casi a diario con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales sobre cómo alcanzar la meta, según contaron dos fuentes.
Una opción para el incremento rápido de deportaciones pasaría por encontrar vías para expulsar a algunos de los 1,4 millones de indocumentados para los cuales se han emitido órdenes de deportación finales, pero que son no ejecutables por la negativa de los países de su origen a aceptarlos.